top of page
  • Foto del escritorFiorella Levin

(Bancarse) el "No" como respuesta

Me encanta la versatilidad de usos que tienen algunas frases. Esta, por ejemplo, me persigue hace unos días:


"Si te gusta el durazno, bancate la pelusa"


Es la versión remix (porque a mi gusto suena un poco burda) de "Al que quiere celeste, que le cueste" o "Si te gustan las rosas, aprendé a querer las espinas".


Alguien que no conozco me manda un mensaje por Instagram (transcribo textualmente)

- Hola Fiorella, buenos días - me dice

(espera que le conteste)

- Hola - digo

Cuando le contesto, viene el mensaje choclo:

-Estuve viendo tu Instagram, me gusta el contenido que generas. Te veo una mujer emprendedora y empoderada y muy conectada con lo que quiere para su vida. Es por eso que decidí escribirte, porque estoy conectando con personas que tengan tus características, yo soy emprendedor, generé un emprendimiento basado en el liderazgo, y me gustaría, si es que estás interesada, poder conectarte con lo que estoy haciendo para que puedas decidir si puede o no ser para vos.


Nota al margen: haciendo cuentas rápidas, recibí 20 veces este mismo mensaje, casi calcado, donde el 99% de los casos son vendedores de Herbalife o de Nu Skin (o de alguna empresa multinivel que ya ni recuerdo). Genial, apoyo todo tipo de emprendedores pero a esta altura de mi vida si hay algo que se es que no me gusta perder el tiempo. Que quede claro, no tengo nada en contra de estas empresas pero no me interesa ni formar parte ni comprar sus productos (de hecho yo misma fui parte de Amway cuando tenía 18 años).


Volviendo a los mensajes con esta persona, ya sé que después de los hermosos halagos que me dice, sin conocer nada de mi vida pero usando la adulación como "gancho", viene la venta o como en este caso, el intento frustrado. Así que le pido amablemente que lo que sea que quiera ofrecerme, me lo adelante por ese mismo medio pero le aclaro que si se trata de Herbalife o de Nu skin o similares, se abstenga de perder tiempo (e implícitamente del mío, claro).

Lo que siguió fue una provocación que dejé pasar y me pareció que al ser tan explícita respecto a que no me interesaba, se ofendió.

Si te gusta el durazno, bancate la pelusa.


Una amiga me cuenta que cortó con su novio. Larga historia hecha corta, ella quiere A, él quiere B, no se ponen de acuerdo y de modo amable le comunica que no quiere seguir en esa relación.

-¿Pero no tenés ganas de intentar igual? - pregunta él

-No -le contesta ella

Él se molesta, y con su dedo acusador le dice que es una egoísta que quiere que las cosas sean como ella quiere.

Si te gusta el durazno, bancate la pelusa


Pedimos honestidad pero cuando al fin encontramos alguien que nos la ofrece, no nos bancamos la respuesta. Cada situación es diferente y solo utilizo estas para ejemplificar porque creo que lo que ambas tienen en común es que cuando uno tiene sus propios límites bien claros y los comunica con respeto, el otro puede percibir que somos terminantes y sentir que choca contra una pared. Conocer los propios límites y dejarlos saber, en determinadas circunstancias, no significa que seamos intransigentes sino que de todo el universo que nos constituye como personas, en ese pequeño ámbito no solo sabemos lo que queremos sino que lo respetamos tomando decisiones firmes.


Pienso que está en cada uno de nosotros hacernos cargo de lo que nos pasa cuando otro es firme en sus decisiones y en lugar de salir a juzgarlo rápidamente, preguntarnos qué botón nos está tocando dentro nuestro.

Si te gusta el durazno, bancate la pelusa



Publicar: Blog2_Post
bottom of page