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  • Foto del escritorFiorella Levin

Va una pregunta incómoda

Un hombre hizo esta pregunta en su cuenta de Instagram:


"Si el amor no es egoísta, ¿por qué una infidelidad sí lo es?"


Mi vista quedó detenida en esa pregunta mientras mi mente procesaba, hasta que salí del trance porque aunque todo en la frase me hacía ruido, me llevó a pensar en este tema que toca una fibra sensible en muchas personas (me incluyo), y si bien una infidelidad hiere a la persona a quien le fueron infiel, las causas de ese dolor varían. Están aquellos que con el solo hecho de imaginarse a su pareja con otra persona sufren de celos, ese sentimiento tan auto destructivo que en el fondo esconde una gran inseguridad ("mi novio/a mira a otra/o, ella/él le puede gustar mas que yo, entonces lo/a puedo perder"). Confieso que fui parte de este grupo de personas pero pertenecí a otro donde comprendí que los motivos me hicieron sentir peor.


Estimo que el paso del tiempo, la madurez, la experiencia y también los cambios que se gestan socialmente, colaboran para que constantemente chequeemos y reevaluemos nuestras definiciones sobre algunos temas, al menos es mi caso, y me ocurrió varias veces en relación a esta cuestión. Porque inicialmente me angustiaba pensar que mi novio (mío, posesión, ego) tuviera ojos para otra, pero comprendí, y esta es mi opinión actual, que la naturaleza del ser humano es sentir atracción, experimentar y relacionarse con diferentes personas. Elegir a un otro para formar una pareja monogámica es una construcción social, es uno quien opta por quedarse en ese vínculo ya sea para armar una familia, tener hijos o para compartir la vida. Y si está en nuestra naturaleza relacionarnos constantemente con otras personas, buscar conexión e intimidad, también es uno quien reprime los impulsos cuando se siente atraído por otro y decide no hacer nada. Desde esta perspectiva, puedo comprender y aceptar que mi pareja pueda sentir atracción por otra persona y también que sienta el deseo de dar el siguiente paso. Esto lo comprendo y lo acepto.


A mi modo de entender, el problema surge cuando aparece la mentira. Que nazcan sentimientos por otra persona y/o que decidamos relacionarnos con este/a, no constituye un acto de egoísmo en sí porque no podemos controlarlo, sin embargo lo que sí me resulta egoísta es ocultar nuestras intenciones a nuestra pareja (o lo que hayamos hecho, si es que ya cruzamos una línea y que no necesariamente significa relacionarse sexualmente con esa persona).


Volviendo a la frase estoy de acuerdo con que el amor respeta las libertades pero tal como dice la expresión: mi libertad termina donde empieza la tuya. Todas las relaciones se construyen sobre la base de la confianza y si bien no es imposible, encuentro difícil volver a confiar en una persona una vez que violó la mía. Por eso valoro y aprecio especialmente a la gente sincera, honesta y auténtica. Y yendo un paso más allá, creo que para tener vínculos sanos, la sinceridad tiene que surgir de nosotros para con nosotros mismos, tantas veces nos relacionamos con otros por los motivos incorrectos, miedo a la soledad, conformismo, apego, costumbre, ego, por nombrar algunos. En la medida en que nos sinceremos con nosotros mismos, vamos a poder construir relaciones más sinceras y genuinas con los otros también.


El libro de los abrazos - Eduardo Galeano



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