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  • Foto del escritorFiorella Levin

Tiene que haber más

Actualizado: 27 feb 2020

"¿Qué querés ser cuando seas grande?" Si algún afortunado quedó, en algún momento de su existencia, eximido de tener que contestar esta pregunta, se puede considerar como tal. Recuerdo la voz de mi hermana, parada a mi lado, mientras algún adulto lanzaba esta pregunta, y ella respondía "yo voy a ser maestra jardinera". Después llegaba mi turno "¿Y vos Fifi?" pero curiosamente, no tengo el recuerdo (o el registro) de haber dado alguna respuesta al respecto, porque de verdad no sabía qué decir y porque esa preocupación estaba, en ese momento, muy lejos de mi corta vida.


Sin embargo, lo que sí me acuerdo es que en algún punto cerca de los 12 años, pedí un cuaderno para empezar a escribir y la escritura se transformó en una especie de hobbie juvenil; en un confesionario escrito donde volqué mis anécdotas y mis emociones. Cuando irrumpí en la dinámica del mundo adulto y el trabajo, en reiteradas ocasiones me cuestioné el modo en el cual iba a vivir mi vida en este aspecto; tuve la bendición de ser criada por padres que me dieron muchas libertades y que me empujaron a descubrir mis pasiones, mi problema no eran los mandatos acá sino que, al igual que ahora, me gustaban muchas cosas. En alguna ocasión alrededor de mis 20 años, ya con un poco de experiencia laboral y conociendo que habían otras formas de vivir el trabajo, caí en la cuenta de que quería uno que realmente me guste, que me motive, que lo disfrute, que me apasione, y decidí que iba a hacer algo con sentido, para mi y para el mundo. Y fiel a mi estilo busqué. Buscando empecé a leer mucho, observando a otros que tomé como referentes, buscando probé diversos tipos de empleo y carreras y me recuerdo repitiendo hace años, una y otra vez, la misma frase "tiene que haber más".


Porque yo quería combinar ambas cosas, es decir, una pasión y que además coincidiera con que ese fuera mi trabajo. Tal como explica Ken Robinson en su libro "El elemento", al cual define como"aquél lugar donde convergen las cosas que nos gusta hacer y las cosas que se nos dan especialmente bien", "estar en tu Elemento no quiere decir necesariamente dejar todo lo demás y dedicarte a ello a tiempo completo todos los días. Para algunas personas, en ciertas etapas de su vida, simplemente no es práctico dejar su trabajo o sus obligaciones para ir en pos de lo que les apasiona. Otras personas escogen no hacerlo por un montón de razones. Mucha gente se gana la vida haciendo una cosa y luego saca tiempo y espacio en su vida para hacer lo que de verdad le gusta. Algunas personas hacen eso porque emocionalmente es mas coherente. Otras, porque sienten que no tienen más opción que perseguir sus pasiones "de manera adicional".


Adicionalmente al sentimiento que llega cuando hacemos lo que nos agrada, Ken Robinson sostiene que "cuando las personas están en su elemento establecen contacto con algo fundamental para su sentido de la identidad, sus objetivos y su bienestar. Experimentan una revelación, perciben quiénes son realmente y qué deben hacer con su vida (...). Y no estamos limitados a un solo elemento. Algunas personas sienten la misma inclinación por una o más actividades y todas se les dan igual de bien.


Es decir que no hace falta dejar un trabajo para encontrar un propósito o elemento en nuestra vida, para mi lo importante es que lo encontremos, y encontrar comienza con buscar. Escuché a varias personas repetir motivos por los cuales no indagaban en su propósito, aquellos que consideran que no lo tienen, como si el Universo los hubiera excluido al momento de nacer y no los hubiera equipado con una buena cuota de talentos antes de venir al mundo. El segundo grupo me preocupa un poco más y personalmente opino que es mayor en cantidad, y son quienes, por mandatos o por miedo y conscientes de sus talentos, no se animan a intentarlo. Conozco un chico que dibuja como los dioses pero él cree que tiene que seguir el legado de su familia y trabajar en la empresa familiar, aunque lo aborrece. También se de una chica que brilla con su voz pero en su familia le dijeron que se dedique a algo "serio". Tal como explica Robinson "el verdadero mensaje es que cuando buscas el elemento tienes buenas probabilidades de enfrentarte a uno o más de los tres niveles de restricción: el personal, el social y el cultural. (...) A fin de cuentas, la pregunta siempre será: ¿Qué precio estás dispuesto a pagar? Las recompensas del elemento son considerables, pero puede que para recoger los frutos tengas que hacer frente a una severa oposición".

Sé también que al leer esto algunos pensarán que no se pueden dar el lujo de buscar un propósito en la vida cuando hay una realidad económica que atender y un tiempo que cada vez queda más apretado en la agenda, pero me voy a adelantar y discrepar porque confío que el que tiene un interés genuino en vivir su vida al máximo, en asumir responsabilidad por su propia felicidad, siempre va a encontrar el tiempo para hacer una averiguación por acá, comprar un lápiz por allá (y muchas veces ni hace falta comprar nada), ejemplos abundan, desde deportistas que nacieron en los lugares menos favorables y lograron una carrera profesional, artistas en situaciones extremas de pobreza que robaron tiempo de donde no tenían para mostrar sus talentos, emprendedores que lograron financiamiento, etc. Y no estoy hablando solamente de Estados Unidos, esto pasó y también ocurre acá.


"¿Cómo se aprende a improvisar? La única respuesta es otra pregunta: ¿Qué nos lo impide? La creación espontánea surge de lo más profundo de nuestro ser y es inmaculada y originalmente nosotros mismos. Lo que tenemos que expresar ya está con nosotros, es nosotros, de manera que la obra de la creatividad no es cuestión de hacer venir el material sino de desbloquear los obstáculos para su flujo natural" dice Stephen Nachmanovitch en su obra "Free Play". Hay una frase muy conocida que versa algo así como que los días más importantes en tu vida son el día que naciste y el día que descubrís para qué. Yo pienso que no son sólo dos días, porque podemos tener varios para qué a lo largo de nuestra existencia, tal como dice Ken Robinson, pero lo que definitivamente no tendremos de vuelta, es el tiempo que no le dedicamos y el disfrute que se nos fue en el camino.


En palabras de Simon Sinek, escritor, motivador y creador de una de las charlas TED más vistas en la historia, en su libro "Encuentra tu porqué": "La satisfacción es un derecho y no un privilegio. Cada uno de nosotros tiene derecho a sentirse realizado por el trabajo que hace, levantarse motivado para ir a trabajar, (...) y regresar a su casa con la sensación de haber contribuido a algo más importante que sí mismo. Esa sensación de satisfacción no debiera ser una lotería reservada a unos pocos afortunados que pueden decir ¨amo lo que hago¨(...). La satisfacción aparece cuando nuestro trabajo conecta directamente con nuestro por qué. La felicidad viene de lo que hacemos, la satisfacción viene del por qué lo hacemos"


Mandatos, que a veces vienen de alguien y, en ocasiones, los llevamos tan adentro, en esa voz de nuestra madre/padre/profesor/amigo, etc que ya se convirtió en nuestra propia voz, porque así lo creímos. Y uf! esto genera tremendo conflicto interno y un daño que me apena mucho. Y es así, no sólo porque la persona se priva de disfrutar de eso que tanto le gusta, de experimentarlo, sino que también le arrebata al resto de la humanidad la posibilidad de deleitarse con su talento. Cuántos fotógrafos, chefs, bailarines, emprendedores, escritores, profesores, astronautas o inventores hay escondidos por ahí, viviendo su vida en automático u odiando lo que hacen.


Cuando leí la biografía de Phil Knight, el creador de la marca deportiva Nike, uno de los últimos párrafos me conmovió hasta las lágrimas. A esa altura del libro, reflexiona acerca de su vida, de todo lo que ya hizo y de su deseo actual de ayudar a otros. Y reflexiona: "Le diría a una persona en sus veintes que no se conforme con un trabajo o profesión o siquiera con una carrera. Busca un llamado. Incluso si no sabés qué significa eso, buscalo. Si estás siguiendo tu llamado, la fatiga será más fácil de tolerar, las decepciones serán combustible, los momentos de ganancia serán como nada de lo que hayas sentido jamás."


Decía el filósofo indio Patanjali "Cuando te inspira un objetivo importante, un proyecto extraordinario, todos tus pensamientos rompen sus ataduras: tu mente supera los límites, tu conciencia se expande en todas direcciones y tu te ves en un mundo nuevo y maravilloso. Las fuerzas, facultades y talentos ocultos cobran vida, y descubres que eres una persona mejor de lo que habías soñado ser".


Para cerrar, una frase de Steve Jobs "La única manera de hacer un buen trabajo es amar lo que haces. Si aun no lo encontraste, sigue buscando. No te conformes. Como en todos los asuntos relacionados con el corazón, lo sabrás cuando lo encuentres".


Y como personalmente suelo concluir, con humanos felices, habrá un mundo feliz.


**Poner subtítulos y el volúmen bien alto escuchando este temón que, al menos a mi, me motiva a comerme el mundo**



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