Estando a la mitad de esta hermosa competencia, no puedo evitar hacer algunas observaciones al respecto. El objetivo del mundial es generar el hábito de la escritura, alentar la misma y por ese mismo motivo, las consignas son disparadores donde el mínimo de escritura son 3.000 caracteres (que no son 3.000 palabras sino un poco menos ya que se cuentan los espacios), algo así como una carilla.
No deja de sorprenderme el poder de la mente, somos 10 personas en el equipo y a esta altura ya compartimos sensaciones y sentimientos por whatsapp, quizás lo que nos genera alguna consigna, la falta de inspiración o de tiempo, la creatividad, el sentimiento que nos generó lo que escribimos, etc.
En mi caso, me doy cuenta que si tomo como objetivo lo mismo que nos dicen desde el mundial, es decir, el hecho de generar el hábito y no un texto perfecto, la escritura fluye. En 7 días que llevo escribiendo a diario un mínimo de 3.000 caracteres, lo primero que sale a la luz es que me sobran las palabras y termino acortando los textos cuando al principio estaba trabada.
Luego, la estructura que le doy a la tarea: lo envían 6am todos los días, lo leo apenas me levanto y luego pienso por un ratito, quizás cuando paseo a mi perro o mientras me ducho después de una clase de gimnasia; es un hecho- y yo confío- que la mente sigue trabajando y hace las conexiones sola. Cuando me siento a escribir y sigo, logro terminar la consigna en una hora, hora y media como máximo, lo que implica escribir, editar, subirla a la web y copiarla en mi blog (donde la publico al día siguiente pero la dejo lista al instante).
Cuando me siento a escribir puede que me trabe con la idea pero si corto con la escritura y me paro y me distraigo para hacer otras cosas, generalmente tardo en re conectar y así termino perdiendo bastante más tiempo que si lo hubiera terminado de primer momento.
Y lo mejor de todo es que si le saco presión al acto y si tan solo conecto con la diversión de la consigna (son todas muy originales, para quien viene leyendo puede dar fe que es así) y con el disfrute de mis ideas que aun no se de donde salen (no por buenas sino por el simple hecho de que salgan a la superficie de mi mente y logren existir), sale algo bastante rápido. No lo juzgo, no se si es bueno o malo, solo es.
Y diciendo esto, pienso a cuantas cosas puedo extender este mismo razonamiento, sacar presión a los objetivos, disfrutar de una tarea, evitar distracciones, focalizar en una cosa a la vez para que luego fluya lo que hay que hacer, seguir adelante aunque me trabe. Como tantas otras cosas, el acto de escribir también es una analogía para otras situaciones de la vida.
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