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Foto del escritorFiorella Levin

Mundial de escritura - Día 12

Ya estamos en cuenta regresiva, el día 14/7 termina la parte de escritura del Mundial, no quiero ni voy a dejar este hermoso hábito de escribir a diario, aunque solo sean 3.000 caracteres porque ya estoy trabajando en el proyecto que viene.


Hoy amanecí con un ejercicio extraño que vino de la mente de Powerpaola (Ecuador-Colombia, 1977) es artista plástica, historietista e ilustradora. Es autora de las novelas gráficas Virus Tropical (2011), Por dentro (2012), Diario (2013), qp (2014) y Todo va a estar bien (2015). Ha expuesto sus Diarios de viaje, Dibujos y Calendarios en Nueva York, Bogotá, Sâo Paulo, Sydney, Milán y París, entre otros. Es parte del colectivo Chicks on Comics.


La consigna: El ejercicio tiene que ver con estar consciente del presente. Primero, al abrir los ojos a la mañana, intentar recordar el sueño que tuviste o lo primero que se te venga a la cabeza. Te levantas, vas al baño, te lavas la cara y te miras al espejo durante 20 segundos y observas tu cara. Después agarras un mazo de tarot (Marsella arcanos mayores) revuelves las cartas donde están solamente los arcanos y escoges una carta. Trata de observar la imagen que ves, los símbolos, los colores, que situación esta sucediendo y tratar de unir lo que recordaste a la mañana, la imagen de tu cara y esta imagen del tarot.


Increíble, escribí esta indicación en siete minutos o menos, conté caracteres y sabía que me había pasado de los 3.000 una vez más. Este tipo de ejercicios me divierte porque me siento en mi salsa, me gusta el tarot pero especialmente me encanta hacer conexiones, buscar patrones y como dice la frase, el que busca encuentra. Por otro lado, a esta altura del Mundial, tengo muy en claro el objetivo que es escribir de modo constante, más allá del contenido y desde este aspecto, siento cumplido con creces el objetivo, incluso si no escribiera los últimos dos días que quedan (que se que no va a ocurrir).


Esta fue la relación que encontré:


El colgado

Me despierto a la mañana, apenas lo hago pienso en mi perro Simón que no está durmiendo arriba de mi cama, donde lo dejé ayer por la noche cuando apagué la luz. -Se debe haber bajado en algún momento durante la noche- pensé, y es raro porque tengo el sueño liviano y usualmente no lo dejo dormir conmigo. No recuerdo qué soñé, pero creo que también lo tuve a él presente en mis sueños, es que está grande y tiene algunos dolores y me preocupo por su bienestar, anda aburrido estas últimas semanas.


Estoy muy dormida, producto del cansancio extremo que siento estos últimos días y que no tengo muy en claro a qué se debe porque de hecho estoy haciendo menos actividad física que antes y duermo más que nunca. ¿Será que pienso mucho? Me levanto, voy al baño, me miro la cara al espejo y noto que la tengo toda hinchada, como si hubiera dormido 20 horas seguidas o como si un tren me hubiera pasado por encima, casi lo mismo. “Mira mis ojos” me digo mentalmente. Miro mi piel blanca, mis arrugas incipientes de la frente, algo de rosácea en las mejillas -tengo que dejar de comer frutos secos porque en exceso me hacen mal- pensé.


Mientras le preparo la comida a Simón, agarro el teléfono para ver el video con la consigna de escritura para hoy. Me noto sonriente a medida que transcurre el video, me resulta original y además me encanta el tarot, hice muchas consultas a lo largo de mi vida. -¿Dónde encuentro cartas de tarot para hacer una tirada de arcanos?- digo en voz alta. Uno de los chicos de mi equipo se ofreció a sacarnos una carta a cada uno porque tiene un mazo, pero opté por hacerlo a la vieja usanza, busqué en Google los arcanos, los dejé ampliados en pantalla y cerré los ojos mientras con el dedo señalé en algún punto del monitor. Abrí los ojos y mi dedo cayó exactamente en el centro de una carta que decía “El colgado”. -¿Qué significa esta carta? Necesito googlear – pensé. Uno de los primeros sitios arrojaba el siguiente resultado: “Definición de la carta El Colgado, Tarot de Marsella. Esta carta evoca la impotencia frente a una situación. Esta traduce el sentimiento de estar atado de pies y manos sin poder actuar de cierta manera.” Y sí, re yo en este momento mi carta. Porque la cuarentena me tiene con ese sentimiento latente, donde siento mis libertades totalmente coartadas, quiero correr, quiero ver a mis amigos, quiero comer afuera. Pienso en el control, cualidad que me caracteriza bastante, aunque mucho menos que antes. Pienso en Simón, el hecho de no darme cuenta cuándo bajó de la cama. Ni me enteré, escapó a mi control aunque tampoco pretendía tenerlo. Pienso en mi cara en el espejo, los años pasan y tampoco hay control sobre eso. -¿Por qué está dado vuelta el muchacho en esta carta?- pienso. Sigo asociando con la cuarentena, que nos tiene a todos patas para arriba, literalmente.


Pero también hay otras maneras de verlo, como todo. Porque observo esa carta y veo una cantidad hermosa de colores que además son intensos, hay lo que parecieran ser dos arbolitos con sus ramas cortadas pero que aún están en pie, sosteniendo la rama que sujeta al colgado, el hombre también está vivo, a pesar de su cara de susto. Y la carta, más allá de la imagen que representa, creo que también simboliza la vida, la fuerza, la posibilidad de mantenernos quietos y entregados, incluso en el peor de los momentos. Como cuando duermo con mi perro Simón encima de la cama, o cuando me miro al espejo y veo el paso del tiempo y en esta cuarentena que me encantaría hacer de todo pero debo aquietarme, al menos un ratito más.


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