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  • Foto del escritorFiorella Levin

Me acuerdo


Austin Kleon suele decir que a la gente le gusta entender cómo se hacen las cosas, ver los procesos, el detrás de escena, porque de ese modo, podemos ver quién es la persona que está atrás de las creaciones. Y queremos ver quién es esa persona por el mismo motivo que miramos a cualquier famoso o influencer en redes sociales, haciendo algo que no tiene nada que ver con su profesión, por ejemplo, comprando en la verdulería, paseando al perro, tomando un café con un amigo, etc. Somos curiosos, nos interesa saber de la vida de otras personas porque así conectamos unos con otros, vemos a los otros y nos vemos.


Adhiero completamente a la idea de Kleon y creo que por eso también uno de los géneros literarios que más me gustan son las biografías, entender cómo razona la gente, qué siente, qué decisiones tomaron a lo largo de sus vidas. Es un tipo de escritura que me interpela totalmente. Del mismo modo, descubrí hace no tanto los diarios personales de algunos autores, uno de los que leí está escrito en forma de crónica y cada relato tiene al menos una página de largo. También leí otro de entradas breves. En el caso de los dos, con fechas y hasta hora del registro.


Esta semana terminé Me acuerdo de Martin Kohan, un libro muy cortito, de esos que se leen en una hora (no exagero). La obra está basada en el libro de Joe Brainard I remember (el cual no leí) y el distintivo que me gustó mucho de la obra de Kohan, que supongo también estará presente en la de Brainard, es que no se trata ni siquiera de entradas, no hay fechas, no hay ni siquiera párrafos, solamente una frase equiparable a un tweet pero con un poder impresionante porque se trata de los recuerdos de la infancia del autor, que son bien gráficos y que me conectaron directo y sin escalas con los recuerdos de la mía:



Mi bobe no quería que mi hermana y yo nos viéramos con Mariquel. Decía que tenía piojos.


El número de teléfono de Néstor Frenkel era 783-0448.


Las venecitas verdes de las paredes del colegio David Wolfsohn.


Discutí con Néstor Frenkel si lo correcto era decir "inodoro" o "ninodoro"

Yo decía que "ninodoro".


En séptimo grado me gustaba Dorita Silberman. Me le tiré y me dijo que no.


El padre de Hernán Pablo y Fabián tenía un Fiat 1500

El padre de Hernán de al lado tenía un Fiat 128

El padre de Luisito tenía un Ford Falcon.



Este fue mi primer libro de Kohan y ahora quiero leer más de él, saber acerca de su universo, leer otro tipo de formatos en los que escribe, las historias que inventó esa misma mente que retuvo este tipo de recuerdos. Engancharme con la mirada del mundo de este autor para mí significa seguir ampliando mi mirada sobre mi propio mundo y de ese modo, seguir volcando mi propia creatividad hacia afuera.



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