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  • Foto del escritorFiorella Levin

La autenticidad en alza

Estoy terminando de leer el libro "Mentores" de Tim Ferris. En la introducción, el autor explica la estructura que va a desarrollar en el mismo: consta de una selección de 11 preguntas que repite a diferentes personas que él eligió para que aparezcan en el libro. Bien al estilo de Ferriss, estas van desde empresarios y reconocidos emprendedores, ajedrecistas, instructores de fitness, escritores, actores, presentadores de tv y radio, defensores de causas sociales, solo por nombrar algunos. Lo que tienen en común y, como indica el título del libro, es que son personas que trascendieron y dejaron huella en su campo de experiencia.


También explica que las respuestas a estas once preguntas vinieron en forma de e-mail, llamados telefónicos o bien de encuentros presenciales. El punto que más me gusta, es que expone parte del proceso de creación del libro de un modo original ya que nombra y muestra a aquellas personas que, frente a su interés porque formen parte del libro como mentores, de un modo cortés le dijeron que no, como es el caso de Danny Meyer:



Otro autor que evidencia el proceso de creación de un modo más enfático es Austin Kleon, en los tres libros que publicó y que llevo leídos (y recomiendo ampliamente). Al final de cada uno de ellos, hay un apartado dedicado al proceso de creación del libro con imágenes del "detrás de escena", "escenas eliminadas" y una explicación del surgimiento del último libro (que se originó en sus diarios personales):



Larry King, un reconocido periodista norteamericano, cuenta que el 1 de mayo de 1957, en el primer día que iba a salir al aire en la radio, el director general lo llama a su despacho y le pregunta qué nombre va a usar públicamente ya que considera que su apellido (su nombre real es Larry Zeiger) es "demasiado étnico" y que la gente no sabrá cómo pronunciarlo. Faltan quince minutos para que empiece el programa y él no sabe qué contestar a esta sorpresiva pregunta. El director tiene delante en su escritorio una copia del diario Miami Herald que exhibe un anuncio de una licorería llamada "King´s Wholesale" y rápidamente, eligiendo por él, le dice:"¿Qué te parece Larry King?".


Larry accede a este nuevo apodo y el tiempo corre porque ya tiene que estar al aire, pero se hacen las 9hs, horario en que empieza su programa, y entra en pánico, no le salen las palabras. Alguien en la producción lo saca de ese estado gritándole que comunique de una vez por todas. Y encendiendo el micrófono arranca: "Buenos días, me llamo Larry King y es la primera vez que lo digo, porque acaban de bautizarme así, y les diré una cosa: es mi primer día al aire. Y toda mi vida he soñado con hacer esto (...). Y estoy nervioso, estoy muy nervioso. Así que, ténganme paciencia.". Recordando esta anécdota dice que luego de aquello, nunca más sintió miedo y agrega:"Cuando mucho después se lo conté a otros colegas, dijeron: «Aprendiste el secreto de este mundo, que es que no hay secretos. Sé tu mismo».


Hace algunos años se popularizó un evento nacido en México en el año 2012 llamado Fuckup Nights, que convoca a personalidades del mismo tipo que los del libro de Ferriss: gente que tuvo éxito en su campo de expertise, ya sea creando una empresa o como comediante. El objetivo del evento es el inverso a los casos de éxito que tradicionalmente vemos en escena ya que, en lugar de escuchar cómo lograron lo que lograron, el ciclo Fuckup Nights muestra los errores, los fracasos, las frustraciones de estas mismas personas antes de lograr lo que lograron.


Creo que el llamado a hablar de los fracasos y de los errores ya está sucediendo hace un tiempo y es una voz que, personalmente considero que se va instalando de a poco como algo lógico dentro de cualquier proceso (desde el ámbito laboral hasta el personal) y eso me alegra porque en lugar de demonizar la palabra fracaso, se convierte en algo necesario como parte de cualquier proceso de aprendizaje. Pero creo que le falta algo porque nos enteramos de dichos fracasos, errores y frustraciones pasado el momento, es decir, mirando en retrospectiva y analizando todos los impedimentos o pruebas fallidas que ocurrieron, hasta llegar al triunfo. Es cierto que no siempre es posible hacer coincidir esos momentos ya que el tiempo permite entender mucho mirando hacia atrás y a veces hasta es requerimiento que así sea para comprender qué paso en determinada situación.


Pero lo que siempre podemos hacer es mostrar el proceso, aquello que está ocurriendo ahora y exponernos a que otros lo vean con la posibilidad de que salga mal (y se convierta en un fracaso). De esta forma, aunque sepamos que las personas que tuvieron "éxito" pasaron por adversidades, nos acercamos a una visión más humana (y por ende real) de ellos y la consecuencia es que nos permite identificarnos mejor con esos humanos que, de este modo parecen menos héroes y más lo que son de verdad, humanos. Así, podemos animarnos a asumir más riesgos nosotros también, a vernos reflejados en esas personas y a darnos cuenta de lo que es obvio aunque no parezca: que si ellos pudieron hacerlo, también podemos nosotros.



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