Día histórico para correr fondos, sumar kilómetros para asimilar los entrenamientos de la semana y ganar distancia de manera sostenida. En la preparación de toda carrera están los fondos. Este año no hay carreras y por eso salir a correr fondos, más allá de las restricciones que por momentos imperaron e imperan, se hace cuesta arriba. Ni hablar cuando el clima comienza a cambiar de la primavera extensa que tuvimos al frío con viento como fue hoy.
Hace una semana volví a correr mis fondos del domingo. Ahora necesito hacerlos en compañía de otra persona porque me está costando mucho correr sola, me encuentro emocionalmente cansada y al no haber carreras, y por ende falta de objetivos en este aspecto, me falta motivación entonces el grupo me sostiene.
Esta mañana salí en busca de mi fondo muy mentalizada, hacía frío, estaba nublado y además había mucho viento. Pero lo hice igual y antes de hacerlo, subí una foto a Instagram. De algún modo actúa como incentivo para mí misma y de otros, se que colabora con la misión de quienes aún no encontraron la fuerza para ponerse las zapatillas, y al ver estas historias, salen. Lo se porque tiene el mismo efecto en mí y porque muchas veces cuando subo este tipo de contenido, alguien me escribe para decirme que era el empujón que les faltaba.
Esta vez fue una amiga la que me mandó el mensaje por whatsapp. Ella corre sola pero le cuesta hacerlo de mañana, sin mencionar un domingo. Me mandó la impresión de pantalla que se lee más arriba y me alegró sobremanera, sé la conquista que implica. Sin tener que dar explicaciones, las dos sabemos de lo que estamos hablando, lo que cuesta salir, cada paso con el frío azotando de frente, siempre es más placentero quedarse en la cama calentita tomando mate. Pero también está el deleite por completarlo, ese que llega apenas cruzo la puerta de entrada a mi departamento y ahí agradezco haber hecho el esfuerzo.
Este tiempo de cuarentena rígida, los fondos como hoy valen el doble porque realmente renuevan la energía, inyectan optimismo y dan vuelta por completo cualquier día gris. Mientras tanto, el chat del equipo de running explota los domingos. Cada uno que sale a correr, solo, sin importar el horario, comparte con el grupo una foto apenas llega a su casa, o cuando está por salir con cara de frío, o muestra el trayecto que recorrió. No importa la foto ni el trayecto ni los kilómetros ganados, lo que importa es acompañarnos, darnos ánimo y esa sensación de saber que aunque estamos corriendo solos, hay otra persona que también lo está haciendo y que siente lo mismo que nosotros. Eso es lo que produce el grupo, el poder de sostenernos entre todos, sorprendentemente, a pesar de la distancia.
"Si algún día quisieran grabarme un epitafio y pudiera elegir yo las palabras, me gustaría que dijera lo siguiente:
Haruki Murakami
Escritor (y corredor)
(1949-20**)
Al menos aguantó sin caminar hasta el final." - Haruki Murakami (De qué hablo cuando hablo de correr)
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