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  • Foto del escritorFiorella Levin

Buenas historias

Ayer vi la película I care a lot y apenas presioné play, supe que iba a sufrir (solo la dejé porque me gusta mucho el trabajo de quien es la actriz principal en este film, Rosamund Pike)


***Disclaimer: si tenías pensado mirarla, lee esto después de hacerlo porque te voy a spoilear el final debajo de este disclaimer***



La trama rápida: una mujer muy ambiciosa que se dedica a estafar a personas mayores, cuidadosamente seleccionadas, a quienes interna en hogares para adultos dejándolos bajo su cuidado legal y a partir de cuyo momento, quedan bajo su cuidado todos sus bienes y pertenencias. Hasta que oops, se mete con la persona equivocada, una mujer que es la madre de un mafioso. La idea es algo descabellada pero la historia está repleta de errores que en la vida sería imposible que sucedan (como que el juez que resuelve en favor de la estafadora recibe varias denuncias contra ella y ni siquiera duda sobre su accionar, solo por nombrar algo básico), pero claro, es una historia.


Como ocurre en este tipo de películas, el malo siempre zafa y en esta en particular, es recién en la escena final, a escasos segundos de que la pantalla quede negra y aparezcan los créditos, que esta maldita persona al fin muere. Aun sabiendo que el relato tiene baches y que no se trata de un acontecimiento verídico, mi cuerpo estuvo tenso hasta ese momento en que la mala cae. A pesar de que mi mente decía "esto es un delirio", lo único que deseaba era que alguien la mate y poder verla tendida en el piso, incrédula, como en esa escena final.


Apagué la tele y pensé "qué película mala", pero mi propia reflexión no me convenció porque al margen de la subjetividad (¿qué es bueno?, ¿qué es malo?), logró un efecto avasallante en mí, de hecho generó que sostuviera esa tensión hasta el final y a pesar de no creer en la historia, tampoco apagué la tele.


A veces me pasa cuando leo un libro y creo que es peor inclusive porque la imaginación corre por nuestra cuenta y sí que la mente puede irse a lugares oscuros, salvajes o inhabitables. Leí muchas historias en las que, apenas cerré el libro, declaré lo mismo que cuando terminó esta película pero donde nuevamente el autor logró algo muy poderoso a través del sentir, ¿qué es lo que cuenta, entonces?


Según Bobette Buster, "El mayor talento de un narrador es saber dar relevancia a lo que cuenta". En la película no hay un héroe sino un villano (o una villana en este caso) cuya ambición presiona para que su determinación sea inquebrantable, incluso exponiendo su propia vida. "He aquí uno de los grandes temas de las grandes historias: una persona contra el sistema. El valor que triunfa a pesar de los contratiempos y las más terribles presiones. La victoria de la determinación" dice Buster.


Me recuerda a la frase que dice que una persona puede olvidarse de los hechos pero jamás se olvidará cómo la hicimos sentir. La historia pudo no gustarme en términos de interés o agrado pero lo cierto es que la película logra su objetivo con creces porque sacude nuestros sentimientos al tocar nuestros valores, aunque estos no sean los mejores.



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